La Sociedad Deportiva
Correcaminos, acababa de celebrar su décimo sexto maratón, los dos últimos en
los años 1995 y 1996, corridos con el novedoso sistema de la compensación,
formula que becaba a los corredores con unas salidas escalonadas según la edad,
un sistema revolucionario que permitía el ser el vencedor a cualquier corredor
distinguido de la categoría que fuera.
Aquellos atrevidos
experimentos que escapaban de la más pura ortodoxia federativa, no merecieron
la suerte de ser aceptados por todos y a pesar de que la segunda edición bajo
este sistema elevó el censo, se optó por enviar las compensadas al baúl del
olvido.
La Sociedad Deportiva
Correcaminos volvió de nuevo al sistema tradicional, pero añadió a su bien
ganado prestigio como organizadores, el reconocimiento general de haber sacado
adelante, con toda la complejidad que suponían, aquellos maratones excéntricos.
La Sociedad Deportiva
Correcaminos, que partiendo de la nada había conseguido dar continuidad desde
marzo de 1981 a dieciséis maratones y otras carreras, reeditó la Volta a Peu e
inició el camino a lo que hoy son sus medios maratones, con la organización de
las Carreras de 20 Kms. sin perder su propia identidad social. Era antes que
nada un club y no una empresa mercantil dedicada a la organización de carreras.
Nuestros maratones se
sucedían unos tras otros, con el seguro de una buena organización, pero
anclados en una feliz mediocridad. En cuanto a las marcas, ni avanzábamos ni
retrocedíamos. Pero como dice el proverbio latino: “Non progredi est regredi” (No avanzar es retroceder). La gente
daba por hecho que teníamos una organización modélica, algo que por supuesto ni
se valoraba ya. Pero los tiempos conseguidos allí estaban como un baldón. Un
hecho significativo es que el record de la carrera conseguido por Vicente Antón
Pastrana en el cuarto maratón en 1984 de 2h14’01” tardó diecisiete años en
batirse. Fue en el año 2001 cuando el keniata Jhon Njoroge Miaka hizo un crono
de 2 h.13´43´´ en el 21 Maratón Popular de Valencia. Nosotros conocíamos las
causas; no era por falta de dedicación, ni de una notable organización, ni
nosotros ni nuestros patrocinadores dábamos para más. Era falta de un
presupuesto adecuado. Conocedores de que cuando no hay dinero hay que utilizar
el ingenio nos volcamos con los maratones compensados pensando que por su
originalidad podrían ser de un gran atractivo para los patrocinadores, no fue
así y todo continuó igual.
En el entretanto Paco
Borao, el actual presidente de Correcaminos, como todos suponíamos tras su
brillante gestión en la AIMS, alcanzaría la Presidencia de AIMS. Aquello fue
una revelación de que iban a convertirse en realidad los sueños. Correcaminos y
el Ayuntamiento se asociaron y tras esta decisión, aparecieron los grandes
patrocinadores y los días de gloria llegaron.
Pensar por un momento que esta utopía se convirtiera en realidad fue el sueño imposible de otros tiempos. Valga como ejemplo que si se consiguen los objetivos para el inminente Medio Maratón Trinidad Alfonso, de colocarse entre los cinco mejores del mundo y se consigue recortar los segundos con el medio de Granollers, pasaríamos a ser el más rápido corrido en territorio español, lo cual no es una especulación banal sino más bien una esperanza cierta.
Pensar por un momento que esta utopía se convirtiera en realidad fue el sueño imposible de otros tiempos. Valga como ejemplo que si se consiguen los objetivos para el inminente Medio Maratón Trinidad Alfonso, de colocarse entre los cinco mejores del mundo y se consigue recortar los segundos con el medio de Granollers, pasaríamos a ser el más rápido corrido en territorio español, lo cual no es una especulación banal sino más bien una esperanza cierta.
Había que apostar por
este cambio, no ya por el prestigio de
un club, sino porque nuestra ciudad podía añadir un nuevo galardón deportivo en
su historial y podernos sentir partícipes de esa gloria. Es cierto que para
llegar a ello, ha dejado ha dejado de ser un club con un gran contenido social
a ser prioritariamente una empresa organizadora de carreras. Los tiempos han
cambiado pero, para todos aquellos que añoramos aquellos tiempos difíciles en
que éramos tan desgraciados, siempre nos quedará el orgullo de haber sido los
creadores de esta aventura. Cada hora tiene su afán, como dijo Ortega y Gasset.
El tiempo como Notario
Supremo ha demostrado que era necesario el cambio. Correcaminos ha llegado a la
galería de la gloria donde sólo figuran los Organizadores de carreras mejores
del Planeta.
Larga vida y gloria eterna.
Toni Lastra
Toni Lastra
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