Es la versión femenina de Cándido, el optimista de la novela de Voltaire, y no es que ella crea que vive en el mejor de los mundos posibles, pero acepta el que le ha tocado transitar con alegría. Ha forjado su filosofía de la vida con esa premisa y, como en los versos de Benedetti, está dispuesta a defenderla, "como un estandarte / defenderla del rayo y la melancolía / como una trinchera / defenderla del caos y de las pesadillas".
Porque este mundo de la carrera popular se ha transformado en algo tan irracional para algunos, que no conseguir la marca propuesta o ser vencido por el rival menos deseado hace que muchos cambien una alegre mañana de domingo en un disgusto que le amarga el día festivo. No es que Tina no se esfuerce, que no sea reivindicativa, pero todo dentro de los buenos modales, buscando siempre el lado positivo, virtud que reconoce haber aprendido de su padre y que ella adereza con una encantadora sonrisa. Proviene de una familia numerosa, son seis hermanos, "cuatro corredores", recalca orgullosa. Es maestra, pero no ejerce. Está casada y tiene dos hijas, Julio de 18 años y Meli de 16. Pero ¿tú que edad tienes, Tina? "Cincuenta y cuatro años, pero no lo digas" ¿Que importa la edad de Tina, si su gestualidad, su risa, sus movimientos, su entusiasmo son los de una adolescente; es como los pájaros, que hasta cuando andan uno sabe que tiene alas.
La primera vez que corrió con un dorsal fue en el Pas Ras, hace cinco años. "Me llevó mi hermano pequeño. Llevo muchos años corriendo, recuerdo el cauce del río, hoy convertido en un jardín, cuando era una acequia de aguas fecales y te cruzabas con ratas como conejos." Es cierto, Tina, menos mal que no prosperó el proyecto de aquella mente preclara de transformar el cauce en una autovía hasta el mar. Tina asiente y cree que el arraigo asombroso de las carreras populares en Valencia se debe al cauce y a Correcaminos, que ha sido un referente.
¿Cuales son tus credenciales como corredora? "En 10.000 m., 43'; 1h." 37'13" en medio maratón; 3h. 47'04" en maratón" Considera Praga una de las ciudades más bonitas del mundo, cuyo maratón no ha corrido, y conoce bien Sudamérica, Chile especialmente, donde residió cinco años. Ahora está leyendo El clan del oso cavernario, de la escritora norteamericana Jean M. Auel, y sus poetas preferidos son Manuel Machado y Blas Otero.
Le comento que la máxima sobre el correr más honda, como una regla de oro, es la del escritor Fred Rohé, autor del libro El zen del correr. " No le pidas recompensa al correr, correr es la recompensa". "Mágnífica. ¿Que te parece esta otra? Si quieres la paz, trabaja por la justicia, creo que es del Papa Pablo VI.". Si estuviera en tus manos cambiar esta sociedad de maldad insolente, ¿que barrerías? Tina se pone solemne por primera vez y responde pausadamente: "La injusticia, sea cual sea. Habiendo justicia se tiene derecho a trabajar y prosperar en tu tierra, habiendo justicia no hay hambre, ni explotación de menores".
He dejado para el final a la Tina trascendental, a la filósofa que lleva dentro, de profundas convicciones; estos sus pensamientos humanistas, sus sentimientos. "Yo no admiro al campeón que sólo corre cuando es vencedor y que cuando decae ya no le interesa correr, era la vanidad lo que le importaba. Pienso que tras un fracaso en una carrera siempre habrá otra y la experiencia se consigue por medio de errores, no me agobia ni me preocupa, yo corro y me entreno sin planes ni entrenador, correr es mi plan, Por eso admiro a esos corredores que nunca consiguen trofeo y ahí estan, los campeones de la constancia, y aún más a los que fueron grandes corredores o corredoras y siguen corriendo, no importa las marcas que hagan, Marisa Martínez Legarreta, Amparo Sahuquillo, Monti por su cordialidad."
¿Cuál ha sido el momento más emotivo de tu vida, tu día estelar? Un espectro de ternura ilumina su rostro. "Estuve cinco años en Chile trabajando en un proyecto de desarrollo. Cuando regresé a Valencia, mi padre no pudo resistir y saltó a las pistas del aeropuerto y nos abrazamos tan fuerte y nuestras almas estaban tan ansiosas por la ausencia, que no acertamos a decir nada, las lágrimas fueron más expresivas que las palabras. "Y el más triste? "Prefiero no recordarlo."
Bueno Tina, esto llega a su fin. Imagina que un día, de forma impensada, logras la marca soñada en una carrera importante. ¿A quién dedicarías esa victoria? "A mi marido, sin duda, me sigue a todas las carreras, pone a punto mi blog y jamás ha puesto pegas a esta adicción mía, se llama Marcelo y es valenciano. "Y es que ya se sabe, Tina, le digo en broma, la familia que corre unida permanece unida. Tina añade: "También a mi club, el C.D. Es posible".
Como un epílogo de esperanza, cree que la maldad será vencida, que la buena gente está en mayoría, pero son más noticia los actos de la gente malvada. "Deseo un mundo mejor para nuestros hijos, pero hay que pregonar alto y fuerte los gestos solidarios, si no habrá que dar la razón a esa máxima de un pueblo africano que dice así: En la selva hace mucho más ruido el árbol que cae que los miles que permanecen en pie."
Tina, salud y kilómetros, compañera.
TONI LASTRA. La Columna de Andrópolis III
Querida Tina: Los componentes del C.A. CORRELIANA, aprovechamos esta ocasión para agradecerte a tí y a Marcelo el gran trabajo desinteresado que hacéis por todos los corredores populares. Gracias por estar siempre ahí con vuestras cámaras fotográficas, captando a todos nosotros en nuestras carreras. ¡Salud y kilómetros por muchos años!