Todo empezó hace algo menos de tres años, fui a ver a mi
amigo Vicente que disputaba el triatlón de Valencia, disfruté tanto sólo
viéndole que me dije “el próximo año tengo que hacerlo yo” y me picó el
mosquito del triatlón, empecé un triatlón, dos, tres....hasta Elche.
Este año se mascaba la posibilidad de hacer un LD y cuando
salió Elche y se apuntaron Miguel, Coro, Roser, Laura y Ro pensé “¿por qué no?
vengaaaa” y siguiendo al rebaño me apunté. Después me miraba en el espejo y me
decía “nadas regular, en bici ni hablamos y corriendo....bueno en esto me
defiendo, me engancharé al pie de alguien en el mar y empujaré la bici
corriendo”....dejé de mirarme al espejo.
A finales de febrero corro el maratón de Sevilla y me quedan
menos de dos meses para preparar la bici y no parecer que salgo de Verano Azul.
Dos semanas después del maratón me pongo enfermo, esto no pintaba nada bien, me
quedaba menos de un mes, con la ayuda de Jorge y Miguel entreno la bici y no me
olvido de los consejos de Coro que ya en noviembre me decía “cadencia,
cadencia,... que los capilares tienen que invadir tus piernas”, entonces no le
hice caso y ahora era tarde. Al final Miguel y yo conseguimos entrenar bien,
bueno me refiero a salir en bici lo justo para acostumbrar nuestros culitos al
querido y duro sillín, con eso me pareció suficiente, no se pudo más.
Llegó el fin de semana del tri, los nervios empezaban a
invadir mi cuerpo. El sábado por la mañana había una carrera del circuito,
Cristina participa junto con un montón de CorrElianas, voy a animar y me motivo
mucho. Salimos para Elche, en el camino nos encontramos con Coro (la mar de
tranquilo) y con Ro (tan caguica como yo), juntos llegamos a Arenales para
dejar las bicis en el box, pum, pum, pum, pum.... ese era mi corazón al ver toda
la parafernalia del tri, me tranquilizo un poco al ver a todos mis compañeros
de esta aventura, nos animamos, bromeamos, nos reímos... muy buen ambiente.
Por la noche cenamos todos juntos en el apartamento y ¡a
dormir!, cada uno en su camita...chanchan chanchan chanchan, las cinco de la
mañana, suena el despertador, acojonado es poco, voy al cuarto de baño así como
tres veces, ah! Que Miguel lo visita otras tantas como yo, me siento más
tranquilo viendo que mi compañero de entrene está como yo. Sin darme cuenta me
encuentro frente del mar con un neopreno, un gorro naranja y rodeado de gente
vestida igual que yo....un frío, los pies congelados, miro a la derecha y veo a
Cristina, Amparo y Javi con una pancarta de ánimo, gracias chicos, piiiiiii,
salida, se terminaron los nervios, ¡a competir!
En natación, lo típico, manos, pies, golpes,
aglomeraciones...todo esto hasta los setecientos metros, a partir de aquí
empezamos a nadar más a gusto , salgo del agua un poco mareado y oigo los
ánimos, subidón!, voy al box y noto que el frío sigue instalado en mi cuerpo
(menos mal que soy de Salamanca, jeje), Cristina me ve tan mal que me tira una
toalla para secarme, me pongo con la bici, a mi marcha, después de 2h45 estoy
satisfecho, dejo la bici, me pongo las zapatillas y siguen los ánimos, Javi,
Amparo, Cristina....por fin llego al segmento en el que me siento mejor,
empiezo a correr, me encuentro bien y me digo “voy a darlo todo”. El circuito
muy divertido y variado, con mucha gente animando, me gusta...durante la carrera
me voy cruzando con mis compañeros Coro, Miguel, Roser, nos damos ánimos,
también veo a Ro y Laura, INCREIBLE, lesionadas y lo van a terminar, me motivo
más y aprieto en la última vuelta, estoy a trescientos metros de meta, subidón,
cruzo la meta, lo conseguí....COMO HE DISFRUTADO!!!!!
Gracias de nuevo a Cristina, Amparo y Javi, y en la
distancia a Jorge y Nuri por su apoyo y confianza y también agradecer a todos
los correlianas que nos han animado.
NACHO PÉREZ. (Socio CorrEliana nº 75)