YA LA CANALLA VIL
Por: Toni Lastra
Perdonen que me tome
la licencia de titular esta columna sobre una obra inédita de Lope de Vega hallada
en Valladolid, que como se anunciaba, en esa fecha iba a ser editada por el
Centro de Estudios madrileños. Efectivamente el periódico El Norte de Castilla,
publicó hace años cuatro octavas del tercer misterio de la obra del Fénix de
los ingenios.
Y repito; disculpen esta
licencia porque la obra está dedicada a la crucifixión de Cristo, pero es tal
el impacto emocional que me ha causado el bárbaro atentado con el que el
terrorismo ha herido al Maratón de Boston, que me lleva a transcribir una de
las octavas del tercer misterio de la obra.
"Ya la canalla vil, bárbara horrenda, /de cansada y molida
está sentada/ para volver de nuevo a la contienda/ con nuevo aliento y vida
descansada."
Habrá de nuevo que
advertir a la sociedad que, si en algún momento ha creído que porque no se
producen estos horrores, no quiere decir que el terrorismo haya desaparecido,
como dice Lope en esta obra, de cansada
y molida está sentada/ para volver de nuevo…
Si ustedes leyeron mi
trilogía -La columna de Andrópolis- corrí en mis tiempos cuarenta y cinco
maratones y siempre dije que el mejor maratón que había corrido fue el de
Boston. Guardo de él recuerdos conformes que no he visto superados en tiempos
más actuales. Naturalmente que esta misma condolencia sentiría si esta acción
del terrorismo, que me hace perder mi fe en la humanidad, hubiera sido
perpetrada contra la más modesta manifestación cívica y pacifica. Personalmente
me he sentido incapaz de ver repetidas las imágenes del atentado. Esa imagen
del niño de ocho años muerto en el atentado, que había acudido al recorrido
para ver a su padre, llena mi alma de congoja y he preferido a solas y en
silencio reflexionar en qué sociedad enferma nos ha tocado vivir. Creo que no
se me olvidará jamás.
Pero la mente de
estos criminales en su cubil no para de maquinar maldades, y yo que siempre di
gracias a la providencia de que a mis setenta y tantos años no había tenido que
sufrir ninguna guerra, a pesar de haber nacido en el treinta y seis. Aunque me
llegaron las referencias más tarde de la hambruna y miseria y los
enfrentamientos fratricidas de nuestra guerra civil.
Creo que he visto
magnificado el horror en su peor versión, hacia ese gran sentimiento que he
tenido y tuve por las carreras populares, y qué bien supieron los terroristas
elegir el escenario para que transcendiera al corazón de todos los corredores
el escalofrío que nos sacudió el horrísono sonido de sus bombas.
La especie humana ha
evolucionado positivamente en avances técnicos, científicos y sociales. Pero
junto a la buena gente que, como cantara Machado en su poema “He andado muchos caminos”, sigue
presente en esta sociedad esa “mala gente
que camina y va apestando la tierra”. Y, parodiando a Kennedy en su
discurso de investidura de presidente de los Estados Unidos, no preguntemos a
la sociedad qué puede hacer por nosotros; preguntémonos a nosotros qué podemos
hacer por ella.
Saquemos de nuestra
vida anónima todas las lacras que perduran desde que la humanidad se arroga
este nombre y que siguen perdurando en nuestros días: El egoísmo, la violencia,
la envidia, la difamación, la ostentación, la riqueza superflua… y hagamos todo
cuanto esté a nuestro alcance para no dar pábulo a toda esa canalla vil a utilizar
el atentado cobarde de las bombas asesinas…
Y si el tiempo nos
alcanza y a ustedes en leerme, recordemos que el dinero y el poder no tienen
por qué ser el objetivo de nuestras vidas, démosle el merecido descanso y
pensemos tanto en los demás como en nosotros y mientras los años y la salud lo
permitan, sigan corriendo…
Y perdonen que
recurra otra vez a la lírica para despedir estas líneas, con estos versos de
Fray Luis de León:
"Y mientras miserablemente se están los otros abrasando en
sed insaciable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando."
Toni Lastra
Hermano Toni, leerte siempre reconforta mi alma. Un fuerte abrazo desde Málaga
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