Y no solo en
esto esta el cambio, ya nadie usa equipaciones desaliñadas; hoy hay corredores,
que son auténticos Petronios. Sus atuendos deportivos son casi modelos de alta
costura. De ellos quiero hablar.
Hace unos
meses, media hora antes de una carrera veraniega, me encontraba sentado en el
suelo untándome de embrocación mis artrosicas rodillas, cuando se me acercó un
conocido corredor, famoso por su vestimenta tan cara como elegante. Venía
enfundado en un chándal de “táctel” azul turquesa, con hombreras color malva,
que le confería una apariencia de príncipe de opereta; y calzado con unas
chanclas ortopédicas a juego con el chándal, parecía mas un patrón de yate
entrando en un selecto y reservado club de regatas, que un corredor de
distancia.
Con
estudiada displicencia, se desembarazó de la espectacular bolsa de deporte, a
la vez que sacaba una caja de zapatillas de la mejor marca del mercado.
“Ahora verás
que zapatillas me he comprado, Lastrita” (siempre me llamaba así, aunque podría
ser su padre y , si se apura, hasta su abuelo) , me dijo mientras se miraba de
soslayo en las vidrieras de un escaparate con gesto complacido como queriendo
decir: “Señor, lo hiciste todo perfecto, pero conmigo te excediste”
De pronto su
gesto cambió y una sombra de pánico se apoderó de su rostro; abrió la caja,
rebusco en la bolsa, entre el chándal, las vaselinas, toallas , vendas, cintas
para el pelo, guantes y pañuelos de seda para el cuello, cremas hidratantes y
demás sortilegios embellecedores; pero la búsqueda resultó infructuosa.
El hombre
10, el Adonis del asfalto, el arbitro de la elegancia, se había olvidado en
casa lo más importante: las zapatillas.
Toni Lastra
Muy bueno!!!! Personajes típicos de las carreras.
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