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viernes, 10 de diciembre de 2010

LESIONES - BURSITIS

Las bursas más importantes están localizadas al lado de los tendones, cerca de las grandes articulaciones como los hombros, los codos, las caderas y las rodillas.

Esta lesión produce dolor e hinchazón en el deportista, así como una limitación de movimientos en la zona afectada.
Para su recuperación se debe aplicar hielo, tomar medicamentos antiinflamatorios e incluso extraer líquido de la bursa.
La bursitis no es un término desconocido para los deportistas. Es una lesión común que aparece en varias partes del cuerpo, pero principalmente en la rodilla de los corredores y futbolistas y en el codo de los jugadores de baloncesto. Esta lesión está causada principalmente por los traumatismos y sobrecargas repetidos en estas zonas de riesgo, así como por golpes directos.

¿Qué es una bursitis y cómo se produce?
Una bursa es una bolsa cerrada y rellena de líquido que funciona como superficie de amortiguación y deslizamiento para reducir la fricción entre los tejidos del cuerpo. Las bursas más importantes están localizadas al lado de los tendones, cerca de las grandes articulaciones como los hombros, los codos, las caderas y las rodillas. Cuando una bursa se inflama produce dolor en la zona afectada. A esto se le denomina bursitis.
Si la bursa inflamada se sitúa en el área de la rótula, se habla de bursitis de rodilla. Puede presentarse inflamación en la parte delantera o trasera de la rótula. También puede presentarse en los lados internos, donde las rodillas chocan entre sí.

Entre las causas que pueden originar esta lesión se encuentran:
• Presión constante sobre las rodillas, al realizar ejercicio físico prolongado.
• Pequeños traumatismos y sobrecargas repetidas en la zona afectada.
• Una mala postura al practicar deporte o hacer algún gesto poco habitual.
• Un golpe fuerte y directo sobre la zona.

Principales síntomas y diagnóstico
Los síntomas más destacados de una bursitis son:
• Dolor y aumento de sensibilidad localizado.
* Limitación del movimiento. En el caso de la rodilla, puede sentirse rígida.
• Hinchazón, calor y enrojecimiento en la zona afectada.
• Deterioro de los músculos si la bursitis se hace crónica.

Para diagnosticar una bursitis, además del examen y la historia clínica completa, se pueden seguir los siguientes procedimientos:
• Resonancia magnética. Es una técnica no invasiva que produce vistas bidimensionales de un órgano o estructura interna.
• Tomografía computarizada. Se trata de un procedimiento no invasivo que toma imágenes de cortes transversales de los órganos internos. Los rayos X más comunes no detectan algunas veces estas imágenes.
• Rayos X: energía electromagnética utilizada para registrar en una placa imágenes de huesos y órganos internos.
• Aspiración. Consiste en extraer una muestra del líquido de la bursa inflamada para descartar que la causa pueda ser gota o una infección.
• Examen de sangre, para confirmar o eliminar otras condiciones.

Cómo tratar una bursitis
Básicamente la bursitis suele remitir con reposo, el uso de antiinflamatorios, la rehabilitación (cambios de frío calor y realizar fisioterapia para mejorar los movimientos de la zona y evitar la atrofia de músculos y tendones), cuando el reposo y la rehabilitación no consiguen sus objetivos el médico puede recomendar la inyección de cortico-esteroides y en los casos crónicos y rara vez se suele necesitar la cirugía para aliviar de líquido la bursa.

El tratamiento específico para curar una bursitis depende de si existe o no una infección en la zona dañada.
Si no hay infección se denomina bursitis aséptica, y está producida por una inflamación que aparece como resultado de un traumatismo localizado de los tejidos blandos o de torceduras. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
• Método RICE: reposo, hielo, compresión o vendaje y elevación.
• Medicamentos antiinflamatorios y para el dolor.
• Ultrasonido: suaves vibraciones de ondas sonoras que alivian los tejidos profundos, con lo que se mejora el flujo de la sangre al área afectada.
• Aspiración del líquido de la bursa para su análisis.
• Inyecciones de cortisona en la zona afectada.

En el caso de que la bursa esté infectada, algo poco frecuente, el deportista sufre una bursitis séptica. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
• Antibióticos.
• Aspiraciones repetidas del líquido inflamado.
• Drenaje quirúrgico y extracción de la bursa infectada o bursectomía

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